1229
Concilio de Toulouse, 1229, Francia
El Concilio de Toulouse (1229) recomendó que: se designaran inquisidores especiales; se obligara a los fieles adultos a denunciar a los herejes y a testificar contra ellos; permanecieran los testimonios en secreto (con lo que se estableció el voto de sigilo, una de las principales características de los procesos inquistoriales); finalmente, se definieron los tres casos inquisitoriales típicos:
- Quienes se presentasen espontáneamente a confesar sus errores, sólo recibirían penitencia canónica.
- Quienes se convirtiesen por miedo a la muerte, recibirían pena de prisión.
- Los recalcitrantes negativos serían entregados al brazo secular para la inmediata aplicación de la animadversio debita, lo que significaba claramente que padecerían en la hoguera.
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